domingo, 29 de julio de 2012

ESCLAVO (Poemilla cateto)

 

Esclavo de tu opinión,
A todos retas sin tasa;
No amas la liberación
Del prójimo y de tu casa.

Y no sabes ignorante,
Que para ser del Señor
Y con Cristo ser amante,
Tienes que amarle a Él mejor.

Dios nos ama, es mi asidero.
¿Porqué hacemos como el necio
Y no le amamos primero?

Pues si le amamos con celo,
Es seguro que sin precio
Tendremos el don del Cielo.

lunes, 23 de julio de 2012

EL TERROR DEL ABISMO


¡Cuanto odio, Señor, cuanta agresividad!
La calumnia domina y campa triunfadora;
Hermano contra hermano, ciudad contra ciudad,
Y el mundo se deshace en llama aterradora.

No hay mano que rescate, no queda Caridad.
Solo la fe en tu nombre nos nutre acogedora,
En medio de pasiones y vana liviandad,
Sin prójimos ni amigos, ni mano bienhechora.

¿Adonde iré, Señor? que no me perjudique
El alma, y alimente fatal carnalidad,
¿Es treta del diablo para mi perdición?

Cuento solo contigo, no dejes que claudique, 
Y siempre poderoso, ejerce tu deidad
Para que eternamente, goce tu aceptación.

Y es que, Señor, soy débil;
Me gana el enemigo con astucia y maldad
Tentándome sin tregua, que viva en fatuidad.

  

viernes, 20 de julio de 2012

CUÉNTAME



Te cuento Jesús mío, mis cuitas y temores;
De lóbregos abismos pude por ti escapar,
Pues siempre de sosiego me colman tus amores,
Y de tus manos puedo, misericordia hallar.

Me llena de recuerdos siniestros y dolientes,
La cruz que por nosotros viniste a padecer;
Tu corazón sangrante alivia de las gentes
El llanto inconsolable que suelen merecer.

La culpa del humano te hiere fieramente,
Fue causa de tu muerte, de tu letal pasión,
De los azotes crueles, de abrojos en tu frente,
Y es a la vez la causa de tu resurrección.

En ella nos asimos los que de ti esperamos
Eterna vida, gozo, divina redención,
Y los que agradecidos a nuestro Dios amamos,
Honramos tu venida, transidos de emoción.

Gracias Jesús, que amante, calmaste mi zozobra,
Por tu bondad suprema, y por tu sacrificio,
Por tu sereno andar, por tu divina obra
Que has realizado entera, sin merma ni artificio.

No acierto a declararte mis hondos sentimientos
De gratitud, que siento por que eres generoso,
Por que de ti descubro que has puesto los cimientos
De una inmortal morada, de un porvenir glorioso.


domingo, 15 de julio de 2012

MONJITA.



En el silencio solemne
Del convento,
Una monjita sentada
Suspira,
Bordando callada un tul.

En sus manos marfileñas,
Suaves, finas,
Que surcan venas de azul,
Un libro
Se muestra breve un momento.

Toma su devocionario
Quedamente.
Su pensamiento se eleva
Sereno,
En una mansa oración.

Ojos glaucos, mortecinos,
De convento,
Claros como un firmamento
De cristal,
Enmarcados en marfil.

¿Qué piensa la joven monja
Tan callada
Bordando velo de tul,
Tan fino
Como la toca monjil?

¿Acaso tal vez se acuerda
Soñadora,
De aquel guapo pretendiente
Al que amó
Antes de entrar al convento?

Absorta en su pensamiento
Que es posible
Solo oculta un sentimiento,
Un afán
Sensual y porfiado.

Del labio brota un suspiro
Reprimido
Y de su pecho agitado,
estertor
De una oscura reprensión.

La monjita se recoge
Y en secreto,
Una oración balbucea,
Inquieta
De su pensamiento audaz.

Al confesor ella espera
Declararle,
Aquello que su alma quiere
Dominar,
Sin lograrlo ni un momento.

Tristeza que espera gozo
Sin congoja,
Ayuda a vivir mejor
El tedio,
De ese convento opresor.

De pronto alza la cabeza
Animosa
Y musita una oración,
Que libre
De pena su corazón.

Que pulida es la monjita
Tan bonita,
Que quiere guardar muy fiel
Su cita
Con su invisible doncel.