domingo, 13 de enero de 2013

NOCHEBUENA


 
Día de viva y grandiosa evocación,
De un gran misterio que cautiva el alma,
Y en medio del bullicio pone calma,
Melifica y consuela el corazón.

Que trae de nuestros padres tan amados,
La dulce y especial melancolía
De tiempos en que juntos ese día,
Estuvimos felices y abrigados.

¡Oh noche, tan grata y esperada!
En que viven visiones del pasado,
De personas que tanto hemos amado,
Y viven con nosotros la velada.

Bendita noche que entre mimos,
Nos traes reminiscencias de otros tiempos,
En que en otros lugares u otros vientos,
De las madres los besos percibimos.

Y aquel padre, que serio contemplaba
Los hijos en sus cantos y alegría;
Tal vez del porvenir la travesía,
En su profundo corazón guardaba.

Manjares que por ser los de aquel día,
Compartimos en una sola cena,
Hermanos sin rencores y sin pena,
Adobada de paz y de armonía.

Una madre y un padre que miraban
Serenos, pero plenos de esperanza,
El tiempo que trajera la mudanza,
Mientras de Cristo el corazón llenaban.

Y evocando a María, la madre humana,
Su gozo, su dolor, su incertidumbre,
Nos acercamos a la divina lumbre,
Que Dios depositó, y de ella mana.



Rafael Marañón Barrio

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