sábado, 26 de noviembre de 2011

JOVEN BELLA Soneto bizco


Mirada que impresiona por sincera,
Un rostro que es perfecto en armonía,
La voz suena a la vez templada y fría,
Y esconde una profunda y gran quimera.

Alma de niña, corazón ardiente,
Recónditos sentires de nostalgia;
Segura de su mente y de su gracia
Distante en su expresión serena y riente.

Tal es al par, lejana y asequible,
Subyuga en paradojas femeniles,
Carácter ingenioso y bonancible.

¡Venus, inteligente!, cual estatua
Original y clásica en un todo,
Eres jovial y alegre, sin ser fatua.

jueves, 24 de noviembre de 2011

CANTANDO UN RUISEÑOR.



Cantando un ruiseñor en la alameda
Rompía de la fraga su reposo,
Haciendo retumbar muy afanoso
La inmensa catedral de la arboleda.

Cantaba alegre la avecilla leda,
Himno de amores tierno y rumoroso,
Llamando a su Señor tan animoso,
Con dulce trino suave como seda.

Bella canción de amor cadente y grata.
Sonora mostración de la armonía,
Que rompe el cazador con artería.

La flecha cruel partió en alevosía
Rompiendo un corazón enamorado
Para el triste placer de un desalmado.

Es triste que al dechado
De vida, amor, consuelo y dulce calma,
Destroce hombre feroz, sin fe y sin alma.

Granada-2001.

MI PADRE; (UN GRANDE)

 
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Fuerte varón, leal, y sin falsía.
De cuerpo enhiesto y noble continente,
Constante en su sentir, serio y valiente,
Ornado de nobleza  y férrea  hombría
.
De digno porte y grata cortesía,
Su entorno equilibraba muy prudente;
Consejos dispensaba sabiamente,
Repleto de equidad y bizarría,
.
Muy alto, fortachón ¡tan elegante!
Su mítica figura era admirada,
Y fue de las mujeres codiciada.
.
Callado, generoso, gran amante,
Ni a nadie se humilló con la mirada,
Ni nunca codició de nadie nada.
.
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25 de Julio de 1993.

martes, 22 de noviembre de 2011

MI MADRE; LIBRADA BARRIO CASTRO


¡Qué dulce es tu recuerdo, madre mía!
En corazón y mente se entremezclan,
Memoria tuya, lánguida armonía,
Y cálida nostalgia me penetra.

¡Qué fuerte, dulce, y cariñosa era!
Su voz amable todo lo calmaba,
Firmes y suaves eran sus consejos,
Su clara vista todo lo apreciaba.

Primera en allanar y buscar calma,
Piadosa disculpaba y perdonaba;
La paz en ella era cotidiana,
Cariño suyo a nadie le faltaba.

Tus hijos disfrutaban tu presencia,
Tu blando amor buscaban a tu vera,
Teniendo en ti el apoyo y el reposo,
Más fuerte cuanto más humilde era.

¡Tan frágil fuiste tú tan comprensiva!
Tan tierna, tan pacífica y afable,
Que no supimos ver en tu pureza
La noble y gran modestia inagotable.

¡Qué diario renunciar! ¡Qué dulce entrega!
¡Qué plácido escuchar, qué buena amiga!
¡Qué mansos  ojos, cálidos y amables!
¡Qué tímida  humildad! ¡Qué noble auriga!

De fuerte catedral era arbotante.
De sólido crucero fue la clave,
Del gran clan familiar el contrapunto,
Del lago familiar era la nave.

Amada y muchas veces envidiada,
Graciosa, con donaire muy pulido;
Tan bella entre las bellas y galanas,
Prudente donde hablaban comedido.

Sensible hasta la médula más honda,
Despierta, aunque siempre fue discreta.
Serena entre el rugir de las pasiones,
Callada y escuchando siempre quieta.

Sufrió con quien sufría y quien lloraba,
Fue noble, generosa, dadivosa...
Su pan siempre comió con su trabajo
Y madre supo ser... y tierna esposa.

¡Qué sabios sus consejos dispensaba!
¡Qué de hondas confidencias recibía!
Tal paz y amor constante derrochaba,
Que todos de su lado en paz volvían.

Su plácida mirada arrulladora,
Su voz serena a todos conciliaba,
Su blando arbitrio en las rencillas era,
La reconciliación siempre lograda.

No fuiste fantasía de poeta.
Sí, humilde ingenuidad, amor y agrado.
Así eras tú, poema de ternura.
Bordón de apoyo en lucha contra el hado.

Su rústica cantiga arrulladora,
Relatos gratos llenos de razones.
Antiguos cuentos, gratos folletines,
E historias que alegraban corazones.

Tus niños cobijaste con tus risas,
Con ellos compartiste alegrías,
Llenabas el hogar con tu presencia,
Y siempre que fallaban, comprendías.

Fanal luciente fuiste ante tus hijos;
Les diste orientación cuando buscaban,
La buena compañera que algún día,
A tí de alguna forma, asemejara.

Todos te amaron, hijos y parientes,
Amigos todos de tu probidad;
Eras consuelo en toda desventura
Y sabia administrando tu equidad.

Lisonjas mundanales no quisiste
Y no nos enseñaste tal engaño.
Glorioso tu lugar te preparaste,
Confiando en Dios y a todos perdonando.

Letrada no quisiste ser; sí amante.
A esposo y a tus hijos diste su vida,
Mujer de agradecida no encontrara,
Varón, entre sus brazos protegida.

Una entre mil;  entre un millón tú eras.
Yo en torpe glosa quiero ir desgranando
Tu luz, tan suave, lúcida y graciosa,
Que tímida nos fuiste derramando.

¡Qué desazón!  ¡Qué torpes son mis artes!
¡Que mórbidos y endebles mis esfuerzos!
Ni en tinta en el papel pueden glosarte,
Ni aciertan a expresar mis sentimientos.

Madrina del amor y la concordia;
Un hada que nos dio su dulce gloria,
Que supo perdonar y ser sincera,
Llenando de nostalgias la memoria.

Ya no estás junto a mí, paloma amada;
Pasando el discurrir por esta vía,
En medio de los sueños y las luchas,
Jamás se borrará tu tierna guía.

Al caminar por los caminos secos,
Mi mente se refresca en tu recuerdo .
De aquellos años que pasé contigo,
Memoria hago, y olvidar no puedo.

Princesa de la paz; mi dulce madre,
¡Quién diera disfrutar de aquel pasado!
Más ya con tu esperanza anticipaste,
Gozosa tu reencuentro asegurado.

Librada, madre, adiós, tierna alma mía,
Modelo de mujeres; no hay letrado
Tan diestro en arte y en oficio experto,
Que cante con justicia tal dechado.

Adiós, mi dulce amor ¡Hasta la vista!
En Gloria ante mi Dios, en quien espero,
En Cristo, en quién pusimos confianza,
Celados compartiendo su consuelo.



domingo, 20 de noviembre de 2011

ASÍ ESCRIBO YO

 




Amo los divertimentos,
El verso me es agradable
Y expresar mis pensamientos
En todo lo imaginable.

Alguno adora la fama
Con el reconocimiento,
No se goza porque no ama
Y se apacienta de viento

Es mejor pasarlo grato
Con chuflas o seriedad,
A soportar un mal rato
Componiendo en ansiedad.

No deseo petulante
Que me otorguen algún premio,
Quiero gozar cada instante
Desarrollando el ingenio.

Ni voy loco tras la fama
Ni la vana adulación:
Gozo haciendo un epigrama
Sin ninguna otra ambición.

Y como me siento libre
De alabanza o abucheo,
Hago que mi verso vibre
Contando lo que yo veo.


Escribo a tontas y a locas
Lo que mi magín me dicta,
Correcciones hago pocas
Y prosigo fatalista.

La rima es libre y hermosa
No requiere precisión,
Mas deviene farragosa
Si no tiene inspiración.

Con rima libre, ingeniosa
Se consigue lo mejor:
Más preferible es la prosa
Si no eres buen trovador.

Y es que la poesía asonante
Si se compone armoniosa
Tiene estilo palpitante
Y expresión maravillosa.

No busco en mi verso gloria
Que es efímera e incierta
No quiero, por vanagloria
Sufrir crónica reyerta.

No deseo rimar castigos,
Mi verso es para gozarlo,
Que solace a mis amigos
Y si me canso... dejarlo