
Nos dio a
comer pan, el pan puro del Cielo.
Es el cuerpo de un
hombre, emanación divina
El corazón y sangre
ardientes, no de hielo.
Al humano procura un
perfecto modelo
De alimento
impecable, sin otra bambalina
Que la verdad
viviente y cruz luciferina,
En la que el enemigo
contra Dios pierde el duelo.
Y en su breve
victoria de la cruz del Calvario,
Mastica su derrota
el perverso enemigo,
Y el triunfo más
completo se realiza en la cruz.
Prevalece invencible
el reino de la luz,
Y del hombre, Dios
vuelve a ser el buen amigo:
Derrota al Leviatán,
el bestial victimario.
AMDG
Rafael Ángel
Marañón
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