sábado, 4 de agosto de 2012

EN ÉL ESPERA MI CORAZÓN



Preso estaba, y mi enemigo
Me agobiaba con cadenas;
Solo al contacto contigo
Se evaporaban mis penas.

Solo Jesús es mi amigo,
Sus visitas son amenas,
No como falsas llamadas,
O cual cantos de sirenas.

Sus silbos son azucena
Blanca, grata, que acogía,
Y que a mi alma han aliviado.

Dulce Jesús, miel, colmena,
Junto a su madre María;
Ambos dos me han cautivado.

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