sábado, 9 de abril de 2011

LOS PADRES

.

Dolor de soledad dí yo a mis padres.
Pago de incomprensión recibo ahora.
¿Porqué será buen Dios? ¿Porqué seremos,
Esclavos de tristezas infinitas,
Tristezas que carcomen todo el tiempo?
.
Así sintió mi padre cuando solo,
Mascaba su amargura y desaliento,
Rumiando sus angustias y pesares,
Que yo no compartí ni di consuelo
Inmerso en apremiantes menesteres.

Volviéndole la faz a mis mayores ,
Envuelto en la vorágine del mundo
Burlando a mi destino no miraba,
Por no sentír las penas de mis padres
La misma que acechaba a mi futuro.

¡Y hoy ya me toca a mí! y mi alma rota.
Que no quiso sentir, y despreciaba
La tétrica tortura en sus callados
Y tristes rostros que fingir trataban ,
Por no ser una carga en mi camino.

¡Oh, Dios de amor! Detén esta cadena
¿Habrá de ser así? ¿Qué sea perenne,
Este fatal anillo que eterniza,
La triste herencia, lóbrega y siniestra,
De mil generaciones de abandono?

¿Porqué, Señor, no rompes los grilletes
Y libras de tristeza el alma mía,
Salvando de mi mal a quienes ríen,
Y aprestan para sí tales terrores,
Haciéndole a tu ley fatal porfía?
.
Rafael A. Marañón Granada 3-7-2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario